El autismo es un espectro de
trastornos caracterizados por graves déficit del desarrollo,
permanente y profundo. Afecta la socialización, la comunicación,
la imaginación, la planificación y la reciprocidad emocional, y evidencia
conductas repetitivas o inusuales.
Mientras que las causas del autismo no se
conocen a fondo, los científicos sí conocen que el autismo no es causado por
falta de los padres u otros factores sociales. Es un trastorno biológico que
parece estar asociado con anormalidades sutiles del desarrollo en estructuras o
funciones específicas del cerebro. Los estudios sugieren que en la mayoría de
los casos, múltiples genes contribuyen a este trastorno. Los pocos genes que
han estado implicados hasta ahora, solo juegan un papel contribuyente en la
causa.
El autismo puede ser tratado con terapia
conductual, medicamentos y terapia nutricional. Los niños muchas veces muestran
progreso en los síntomas con el tratamiento conductual intensivo empezado
durante los años preescolares aunado a la aplicación individual de las
intervenciones previstas dentro del Protocolo DAN. El programa de
tratamiento individualizado puede iniciarse incluso a partir de los
18 meses de edad y continuar durante los años escolares.
No existe cura para el autismo. Sin embargo,
ahora decimos que el autismo es tratable y hay muchos casos de niños que ya no
entran dentro de los parámetros de un diagnóstico de autismo porque se han
beneficiado con el uso de vitaminas, y minerales, suplementos
nutricionales, dieta y tratamientos como el de la oxigenación con cámara
hiperbárica, entre otros, que ayudan a mejorar los síntomas lo cual les
permite aprender mejor e integrarse más fácilmente al mundo, mejorando la
calidad de sus vidas y las de sus familias.
Alexandra García
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