El miedo puede derivar distintos conceptos;
uno de ellos es el ‘’Terror psicológico’’ que se define como un tipo de
narración, que puede ser literaria o cinematográfica en la cual el miedo se
suscita afectando a la mente y la emotividad del lector o espectador. Así, éste
debe acabar identificándose con los padecimientos o vivencias extremas de
determinados personajes. Se trata de un subgénero de la ficción terrorífica que
centra su atención en los temores de los personajes, sus culpas, creencias y
supersticiones.
En los videojuegos, se presenta este tipo de
clasificación, con el fin de reforzar la
tensión y acrecentar el interés y el suspenso del jugador en la trama. Suele
recurrirse a los efectos espeluznantes de sonido, la tétrica ambientación
musical, la inestabilidad emocional de los personajes, los paisajes o
situaciones extraños u oscuramente sugerentes.
Bienvenidos a Slender, un reciente y
resonante ejemplo de terror psicológico. Basado en la leyenda del SlenderMan
(el Hombre Delgado), aquel ser humanoide de impecable traje negro, aunque alto,
delgado, pálido y, sin rostro. No habla. No grita. No se ve moverse. Pero está.
Está allí, en la oscuridad. Y acecha.
Slender es un juego muy simple: el jugador en la trama
se adentra en un bosque para recuperar ocho manuscritos referentes al
SlenderMan. Dichos papeles se encuentran desperdigados por el bosque, más
precisamente en locaciones especiales dentro del mismo. El jugador tiene en su
poder una cámara y una linterna que tiene tendencia a parpadeos que son creados
para aumentar la ansiedad y el miedo en el mismo.
Y, claro, está el SlenderMan que estará acechando a cada momento, aunque cuantos más manuscritos encuentre el
jugador, mayor será su presencia. Cuando se acerque demasiado se observa el
efecto de estática que va llenando la visión, por lo que debe alejarse rápidamente. De lo contrario,
el SlenderMan alcanzará al jugador y… el resto deben jugarlo, para no arruinar
la sorpresa.
María Alejandra Montero
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