La depresión se puede describir como el hecho
de sentirse triste, melancólico, infeliz, abatido o derrumbado. La mayoría de
nosotros se siente de esta manera una que otra vez durante períodos cortos.
La depresión clínica es un trastorno del
estado anímico en el cual los sentimientos de tristeza, pérdida, ira o
frustración interfieren con la vida diaria durante un período de tiempo
prolongado.
Los síntomas de depresión abarcan:
-Estado de ánimo irritable o bajo la mayoría de
las veces.
-Pérdida de placer en actividades habituales.
-Dificultad para conciliar el sueño o exceso de
sueño.
-Cambio grande en el apetito, a menudo con
aumento o pérdida de peso.
-Cansancio y falta de energía.
-Sentimientos de inutilidad, odio a sí mismo y
culpa.
-Dificultad para concentrarse.
-Movimientos lentos o rápidos.
-Inactividad y retraimiento de las actividades
usuales.
-Sentimientos de desesperanza y abandono.
-Pensamientos repetitivos de muerte o suicidio.
La baja autoestima es común con la depresión,
al igual que los arrebatos repentinos de ira y falta de placer en actividades
que normalmente lo hacen feliz, entre ellas, la actividad sexual.
La depresión a menudo se transmite de padres a
hijos; esto puede deberse a los genes (hereditaria), comportamientos aprendidos
en el hogar o ambos. Incluso si los genes hacen que usted sea más propenso a
presentar depresión, un hecho estresante o infeliz en la vida generalmente
desencadena esta afección.
Los hábitos de vida saludables pueden ayudar a
prevenir la depresión y disminuir las posibilidades de que se presente de
nuevo. La psicoterapia y los antidepresivos también pueden reducir la
probabilidad de que usted resulte deprimido nuevamente.
La psicoterapia le puede ayudar en los
momentos de aflicción, estrés o desánimo.
La terapia de familia puede ayudar a
los adolescentes que se sienten deprimidos.
Mantener contacto cercano con otras personas
es importante para prevenir la depresión.
María Gabriela Ramirez
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