jueves, 20 de junio de 2013

Emociones

Las emociones tienen una gran importancia y utilidad en nuestras vidas, puesto que nos ayudan a responder a lo que nos sucede y a tomar decisiones, mejoran el recuerdo de sucesos importantes y facilitan nuestras relaciones con los demás. No obstante, también pueden hacernos daño cuando suceden en el momento inapropiado o con la intensidad inapropiada.

Las emociones poseen también una cualidad imperativa, que significa que pueden interrumpir lo que estamos haciendo y surgir en nuestra conciencia lo queramos o no.
Estas situaciones psicológicamente relevantes que desencadenan las emociones pueden ser internas o externas. Por ejemplo, un recuerdo de un suceso agradable sería una situación interna que desencadenaría una emoción positiva.

Cuando sentimos una emoción solemos responder a ella, y esta respuesta hace que cambie la situación, lo que a su vez puede dar lugar a otra emoción y otra respuesta. Una discusión entre dos personas puede ser un buen ejemplo de esto: la emoción negativa que sientes cuando alguien te hace un reproche te lleva a responder diciéndole algo que hace que esa persona sienta ira y responda de un modo que genera en ti desprecio y otra respuesta negativa, y así sucesivamente.

Las emociones se distinguen también de otros impulsos motivacionales como el hambre, la sed o el dolor. La diferencia es que las emociones se despliegan con una mayor flexibilidad y tienen un rango mucho más amplio de objetivos (el hambre está relacionado casi exclusivamente con la falta y necesidad de comida, mientras que la ira, por ejemplo, puede estar relacionada con una gran variedad de situaciones diferentes).

María Gabriela Ramírez

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